domingo, 26 de enero de 2014

Bailar

Me encanta bailar, pero hace mucho tiempo no lo hago….no se, sólo pasan los años y las situaciones de la vida y las ganas de rumba como en la Universidad casi desaparecen.
Los planes pasan de ir a bailar, tomar, trasnochar, a por ejemplo ir a cine o a comer y para la casa temprano. Está bien, me siento feliz haciéndolo y la verdad no tengo la energía de antes, me encanta dormir! Pero hoy iba en mi carro y oí esa canción pegajosa…no se como se llama pero dice en el coro algo como ….“tonight is the night”….
Bueno, sentí la sangre fluir por mi cuerpo y empecé a bailar mientras manejaba, subí le volumen y me dejé llevar por los recuerdos….Esas épocas en que iba en barra con mis amigas y amigos a rumbear a Trilogía, no importaba que tuviera o no parejo, bailaba toda la noche, la verdad ni tomaba, no era necesario, sólo bailar me hacía sentir increíble!
También era un poco coquetina pero inofensiva, sólo me gustaba el juego de coquetear….hmmmm siento que fue hace tanto tanto tiempo, hasta eso se me olvidó!
Pero, este año voy a intentar armar un plan así parecido con amigos y amigas…vamos a ver si lo logro, sólo tengo ganas de sentirme increíble, de bailar!

Quiero agua de coco

Debía comprar unas cosas en el supermercado, entonces como siempre pasé por la zona de verduras cuando me dirigía a pagar. Y vi unos cocos, pelados, cafés, hermosos, no muy grandes….con sus dos huellas lisas redonditas en un extremo. Hmmmm quiero agua de coco, refrescante, dulzona, con olor a mar. Hace muchos meses tengo ganas….pero la logística de la partida del coco no es mi fuerte, entonces lo recordé.
Estábamos comprando el mercado, le dije que compráramos un coco, “hace tiempos que tengo ganas de agua de coco” y él se antojó también, me compró dos cocos y me dijo que los compartíamos, que él se encargaba de partirlos. Así fue….en el apartamento sacó sus herramientas, la verdad no tenía las herramientas adecuadas para sacare el agua al coco, pero lo intentó por un largo rato….le intentó por aquí, por allá y mas allá, casi imposible con esas herramientas. Ahhh pero no se rindió, se había comprometido a sacar el agua de los cocos y por fin lo logró! sacó el agua de los cocos, la sirvió en dos vasos y a probar.
Hmm me soñaba el agüita, igual él, tomamos nuestro primer sorbo de agua y sorpresa….noooooooooo…..sabía fermentada, el agua de coco estaba dañada!!! Me quedé sin palabras, no puede ser verdad, quiero mi agua de coco deliciosa, iba a probar otra vez con la esperanza que me hubiera equivocado, cuando lo miré y me dijo con desesperanza “Eli, está mala el agua….no tomes mas que te enfermas”….noooooooooooo que desilusión! Botamos el agüita.
Desde ese día, cada vez que veo un coco me acuerdo de él que hizo de todo para darme gusto con mi agüita de coco, esa vez salió fermentada, la próxima tal vez salga bien!

lunes, 6 de enero de 2014

La palma de cera

La palma de cera es el árbol nacional de Colombia, es una palma con un tronco delgado y muy largo, mide entre 25 y 30 metros de alto, son arboles solemnes que coronan las montañas que circundan el Valle del Cocora. A 40 minutos de Pereira por carretera, fui con mi hermana y su familia y con mi mamá.
El Valle del Cocora tiene un paisaje verde, brumoso pero sobre todo imponente, yo jamas había visto una palma de cera....y menos como las filas de palmas coronan las montañas, un hermoso espectáculo, el tiempo parece que se detiene en estas montañas. Allí comienzan los caminantes su entrada al parque de los nevados, hay caminatas cortas como de 1.5 horas o caminatas mas largas con acampada, realmente yo no hice ninguna porque no íbamos preparados; pero quedé antojada y estoy segura que volveré.
Hay otras actividades como montar a caballo, ir a una truchera, o comer trucha en un delicioso restaurante.
No sé de dónde viene el nombre Cocora pero estoy segura que el sitio es especial y además tiene montañas en forma de pirámide, muy particulares. Creo que cuando vuelva debo investigar mas… Antes de irme, no me quedé con las ganas de tocar el tronco de una palma de cera, a mi edad y no había conocido mi árbol nacional! Y que árbol!
Luego de almorzar, nos fuimos a nuestra próxima etapa del paseo: Salento, un pueblito a 15 minutos del valle del Cocora, hermoso pueblito del Quindio, con unas calles peatonales, donde han sido cuidadosamente mantenidas y pintadas las casas de alegres colores. Parqueamos el carro y a caminar…llenísimo de gente, pero hermoso, nos tomamos las fotos en la calle de peatones y en la plaza principal, típico pueblo paisa con su iglesia coronando la plaza.
Otro rincón de nuestra hermosa Colombia, no termino de sorprenderme de los hermosos paisajes y de la diversidad de flora y fauna, quiero seguir descubriendo mi país, realmente, quedé enamorada del paisaje, de las montañas y por supuesto de las palmas de cera.