Tuve la suerte de crecer con papa, mama y dos hermanos, un hermano mayor y una hermana menor. Un hogar paisa, siempre viví en Medellín, mi papá un Ingeniero civil y mi mamá delineante de arquitectura.
Mi papá trabajaba para sostener a nuestra familia y mi mamá se ocupaba del hogar y los hijos. Tuvimos la fortuna de vivir en casa decentes, tener comida en nuestra mesa y sobre todo amor de nuestros papas. Pero cuando era pequeña, tenía muchos temores y no me sentía segura. Mi papá un hombre generoso, a veces tuvo suerte con su trabajo y otras no tanto, entonces en mi casa teníamos altos y bajos. Mi mamá le pedía invertir en una casa propia, así tendríamos mas estabilidad; pero nunca se llegó el momento….yo recuerdo haberme sentido tan tan insegura y temeros porque no teníamos casa…recuerdo que era una sensación de no pertenecer a ningún lado, de poder quedar en la calle en cualquier momento.
Con ese temor crecí, y conforme crecía, sentía que era muy difícil comprar casa, que era un sueño tan difícil de alcanzar, que tal vez era que yo no me lo merecía. Pero aún así, me esforcé trabajando y trabajando y por fin en asocio con mi hermano, pude comprar la mitad de un apartamento y viví con mi mamá, pero el apartamento era su casa…..no la mia. Luego pasaron los años y tenía planes de casarme y vivir en otro país o aquí con un hombre que fuera mi esposo y con quien tuviera una casa, pero nunca fue. Cambié el apartamento por otro apartamento mejor, aun en asocio con mi hermano (mitad y mitad) y me pasé a vivir con mi mamá, otra vez era la casa de ella.
El año pasado por fin, le compré la mitad a mi hermano y mi mamá se fue a vivir a una casa, entonces por primera vez en mi vida tuve una casa propia! Una casa mía… por fin a esa niña llena de miedos y de sueños, le pude dar seguridad y le di una gran felicidad! Por fin logré llenar ese vacío, y lo disfruto inmensamente, le doy gracias a Dios porque me permitió conseguir mi casa, mi refugio de paz, mi cueva.
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