Un mes de cuarentena

Me levanté como como con un sentimiento rarito, como una rabiecita o dolorcito en mi corazón, a veces es asi, no todos los momentos ni días son felices y de paz. Por eso cuando me preguntan si soy feliz, digo a veces si a veces no, creo que soy honesta. Y en realidad aunque la mayoría de los días estén bien, hay momentos no tan chéveres…

Cuando estoy asi, me gusta estar en silencio o nadar o hacer ejercicio o un abrazo o algooooo que me permita fluir y volver a la calma, pero parece que nada funciona hoy, es que tengo como una cosa que no se que es hmmmm. He pensado últimamente y he rezado porque se me ilumine el corazón y la mente y volverme mas creativa con mi trabajo, porque necesito trabajar, porque me gusta y para poder vivir. Pero nada se me ocurre exactamente, sin embargo hasta hoy me había sentido en paz. Pero sumado a que amanecí con este dolorcito en el interior de mi corazón, esta emoción que no se que es, pues se va sumando todo y en mi interior se aumenta.

Entonces me puse a estudiar, ahora en la mañana y necesitaba pedir domicilios de algunas cosas que faltan de mercado. Cuando, abrí la nevera y miré las frutas y verduras, las frutas se habían terminado y me hacen tanta falta! Sobre todo las mandarinas (una de mis furtas preferidas) que hace dos semanas no tenemos porque staban agotadas en el supermercado. Entonces abrí el cajón de la verdura donde están los tomates para revisar cuantos había y si necesitaba pedir mas…..cuando de repente en el fondo vi una mandarina!!!! Queeeee es un milagro o algo asi!!! Mi mama no recuerda ponerla ahí, yo tampoco….pero que emoción, me dio un poquito de felicidad, porque la pelé y la compartí con mi mamá.

Hmmm una normal, pero hermosa, jugosa y deliciosa mandarina!!!

Entonces agradecí a Dios por mi mandarina, claro! En un día gris, una mandarina ayudaaaa a reconfontar un poquito mi corazón, aun falta mucho para sentirme bien, pero estoy trabajando en eso….la verdad es que en el fondo de mi corazón se que me hacen falta los abrazos!