Hoy leí una frase que me llegó al corazón, “los pies en el suelo y la cabeza en el cielo”. La vida debería ser así, los pies en suelo y con raíces, que nos sostengan en los buenos y malos momentos, los pies en el suelo para confrontar respetuosamente, para defendernos de quienes nos hacen daño, los pies en suelo para aprovechar los dones que nos tocaron a cada uno.
Los pies en el suelo para saber decir si y sobre todo para saber decir no!
Los pies en suelo para estar de pié serenamente, para bailar, caminar o correr a toda velocidad! Los pies en el suelo para comenzar una relación y para terminarla!
Pero la cabeza siempre en el cielo! Mirando a Dios, con los ojos llenos de luz y sueños, descubriendo caminos, imaginando otros.
La cabeza en el cielo con dignidad, con ilusión, con alegría, porque estamos aquí en la tierra, viviendo con nuestros pies en el suelo y la cabeza en el cielo!
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