Una noche movida, todos dormimos en los camarotes, 12 en total, alineados, juntos, revueltos, rico en todo caso, una cama súper cómoda para unos viajeros cansados.
Y comienza la movida: el roncador del paseo comienza su función, con sonido stereo incorporado…. Todos nos despertamos menos el personaje en cuestión!, unos reían, otros desesperados intentaban que cambiara de posición, otros impotentes instauraron un chat, chisme-va, chisme-viene.
5:30 a.m ya era de día, me despierto de primera con la luz del día, la paz, el aire, la selva, el olor, las aves, especialmente mi águila, el ruido de los delfines… Llega Esteban – mi héroe de la tripulación con tinto en la mano, que delicia! Un despertar que difícilmente se repite.
Nos fuimos para Puerto Nariño y desayunamos en el hotel, huevito para Eli …su preferido!!!! (hmmmmm yo no como huevo!!!!!), ya estoy acostumbrada en todas partes me sirven…
8:30 a.m nos subimos a la nave y al lago Tarapoto, paramos en una orilla, la “Ceiba milenaria” el árbol mas imponente que he visto en mi vida, un tronco de un tamaño!!! Lo abracé, si al árbol!, y creo que oí la sabia corriendo…por supuesto selva Amazónica, mi primer contacto, la indumentaria adecuada para los mosquitos y bichos varios….pedí permiso para entrar a la selva, la sensación del poder de la naturaleza es demasiado fuerte, la energía increíble, la verdad sentí algo como temor o respeto, creo que sentí los dos.
A partir de ese momento comienza la labor de escalar la “Ceiba” un árbol gigante, son fáciles de descubrir porque cuando miro la selva, el techo de la selva es parejo excepto uno q otro árbol muchísimo mas alto q sale por encima de los demás. Voy con expertos escaladores que quieren subir a la ceiba, el primer paso subir la cuerda con la q escalan, luego escalar unos 35 m, subieron los mas tesos del grupo; pero tuvimos percance, gracias a Dios, nada grave en consecuencias. Falló una de los chequeos de seguridad de las cuerdas y nudos, uno de los nudos falló cuando el escalador estaba como a 25mts de altura, otro de sus compañeros subió por una línea diferente y alcanzó a rescatarlo antes de que ocurriera un desenlace faltal!!!
Mientras esto pasa, yo me encuentro nuevamente en el barco, encuentro como a 5 personas nadando en el lago Tarapoto, agua calmada, café por supuesto. El miedo a la piraña y a la babilla sigue….pero el calor puede mas, me decidí y nadé rico….al lado de las pirañas que se supone están en la orilla del río.
El calor es fuerte, almorzamos deli, comienzan a llegar los escaladores de la ceiba, Ramiro fue quien sufrió un accidente con las cuerdas como a 25 m de altura, Manuel reacciona rápidamente y lo ayuda, ya todo pasó; pero yo aprendí mi lección, es importante pedir permiso y volverse amiga de la Selva”.
En la tarde sesión de canoas, un paseo “Super Cool”, salimos como a las 5:30p.m Manuel, Momo (el niño del paseo) y yo. Manuel remaba y nos contaba una historia súper!
Momo ve una especie de cueva en el manglar, los árboles la formaban con sus raíces.
La cueva mágica: Manuel remó lentamente hacia la cueva, cuando nos acercábamos el ruido de las aves y animales se hacía mas fuerte, ensordecedor, la luz comenzaba a desaparecer, entramos lentamente y en silencio, la cueva estaba formada por raíces de árboles que sobresalían del agua, se enredaban unas con otras y juntas formaban el paisaje, hicimos un silencio absoluto y se paró la canoa, cerramos los ojos y escuchamos la música de la selva….Sentía emoción, temor, tranquilidad, sentía mi corazón…
Luego salimos y comienza la hora de los murciélagos, como las 6:00p.m, nos devolvimos para la Tucumá.
Volvimos al barco, nos devolvimos para el hotel de Puerto Nariño donde nos preparan las comidas. Comimos rico y nos devolvimos para la Tucumá rumbo al lago Tarapoto donde dormimos, igual que la noche anterior, anclados en el centro del lago.
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