domingo, 11 de septiembre de 2016

Quien era mi papa...

El pasado 3 de septiembre a las 3:35p.m Mi papá murió, a la edad de 78 años, después de padecer 4 años de una penosa enfermedad.
Mi papá nació en la ciudad de Andes, suroeste antioqueño, uno de los hijos menores de una numerosa familia. Quedó huérfano de padre a la edad de 10años y su madre quien se convirtió en una admirable matrona Antioqueña, lo envió asi pequeño, a un internado en Medellín para que recibiera la mejor educación.
Ese resultó ser uno de los episodios más dolorosos de la vida de mi padre, un niño de apenas 10 años separado de su familia. Creció, estudió Ingeniería civil, se casó y tuvo tres hijos, un hombre y dos mujeres (Yo soy la del medio).
Mi papá era un hombre que le gustaba la vida sencilla, pero a su manera. Era buen papá y buen amigo, un excelente contador de historias a la luz de unos aguardientes Antioqueños. Hombre respetuoso, prudente, con modales intachables, impecable con la palabra. A los hombres los saludaba de “ilustre” a las mujeres de “dama”, jamás se le oía decir una mala palabra.
Fue un hombre muy cariñoso, desde muy pequeñita, mi papá me enseñó a abrazar….recuerdo que cuando estaba muy pequeñita, tal vez menor de 5 años y mi papá llegaba a casa, yo salía corriendo a su encuentro y me cargaba, me sentía completamente amada y protegida. Luego se sentaba y nos cargaba a mi hermanita y a mi, una en cada pierna y nos abrazaba, recuerdo que me sentía feliz y en paz. Eran los momentos mas felices del día…
También me enseñó que es tener Fé... desde hace cuatro años cuando le diagnosticaron la enfermedad, yo tuve muchos momentos de dolor y desesperación (y sólo era su hija, sólo quien lo acompañaba). En estos cuatro años, mi papa y yo tuvimos muchas conversaciones sobre la Fé, Fe en Dios, y él me decía que se sentía fuerte y optimista.
A medida que pasaban los duros tratamientos de quimioterapia, los exámenes, los diagnósticos avanzaban, jamás, jamás, jamás, lo oí quejarse, o llorar, o preguntarse por qué a él. En los últimos nueve meses sintió dolores extremos y no aceptó medicina para el dolor (a pesar de que le proporcionamos todas las opciones). Sufrió un dolor muy agudo, y aún así con este dolor día y noche, jamás, jamás, jamás tuvo un mal genio, jamás se quejó de su situación, jamás dudó de Dios y cada que hablábamos me repetía que tenía Fe.
Nuestra última conversación fue una semana antes de su muerte cuando aún estaba lúcido, yo me despedí, por fin tome fuerzas y llorando con mucha tristeza le dije, papi te amo, yo estoy bien, mis hermanos están bien, mis sobrinos están bien, mi mamá está bien, vamos a estar bien….ya puedes descansar de sufrir, puedes ir con Dios. Entonces me miró, comenzó a hablar (le costaba mucho hablar), me dijo: “Lanita, aunque parezca que ya llegó la hora, va a pasar cuando Dios decida, pero lo más importante, y con toda la intensión y fuerza en su voz dijo, lo más importante es que yo tengo Fé”.
Una semana después murió mi papá, un hombre sencillo, impecable de palabra, cariñoso, un hombre de Fe.

jueves, 17 de marzo de 2016

Aguacate solo o acompañado

Hoy comí aguacate, aguacate esparcido en tronquitos sobre mi arepa, un poquitín de sal y el mas suculento plato de mi día. Tomo el aguacate lo parto a la mitad, a lo largo del fruto y separo las dos mitades, a un lado queda la fruta y al otro el hueco. Cuando está suficientemente maduro, tomo la cascara y la retiro fácilmente, otras veces, tomo la cuchara y saco lo pedazos de la pulpa del aguacate, no importa tanto ser pulido, al final el sabor es el mismo.
Como aguacate sólo, aguacate con arroz, aguacate sobre una arepa o pan, aguacate con frijoles, aguacate son sopas, ensaladas, aguacate como acompañamiento. Solo necesita una pizca de sal!!! Lo como al desayuno, almuerzo o comida, esa fruta verde, medio amarilla y mantequillosa, se derrite en mi boca y….hmmmm, es un manjar!
Soy super paisa, fui criada con aguacate y frijoles y asi me quedaré, adoro el aguacate!

lunes, 15 de febrero de 2016

Una noche, un cielo, un beso

La vida es singular, a veces las cosas más triviales para unos, son las más escasas para otros. Comer un helado, nadar en el mar, correr, ver el cielo lleno de estrellas, respirar el aire de las montañas, bañarse en una cascada, abrazar, besar.
Una noche de 31 de diciembre, un hombre generoso le regaló a una mujer, un cielo lleno de estrellas, la abrazó con mucho amor y exactamente a las 12:00 de la noche, le dio el más profundo, delicado, intenso, amoroso beso que ella jamás recibió. Le besó el alma y le regaló uno de los momentos más inolvidables y escasos que jamás haya vivido, y esa mujer era yo.

jueves, 4 de febrero de 2016

Mi casa

Tuve la suerte de crecer con papa, mama y dos hermanos, un hermano mayor y una hermana menor. Un hogar paisa, siempre viví en Medellín, mi papá un Ingeniero civil y mi mamá delineante de arquitectura.
Mi papá trabajaba para sostener a nuestra familia y mi mamá se ocupaba del hogar y los hijos. Tuvimos la fortuna de vivir en casa decentes, tener comida en nuestra mesa y sobre todo amor de nuestros papas. Pero cuando era pequeña, tenía muchos temores y no me sentía segura. Mi papá un hombre generoso, a veces tuvo suerte con su trabajo y otras no tanto, entonces en mi casa teníamos altos y bajos. Mi mamá le pedía invertir en una casa propia, así tendríamos mas estabilidad; pero nunca se llegó el momento….yo recuerdo haberme sentido tan tan insegura y temeros porque no teníamos casa…recuerdo que era una sensación de no pertenecer a ningún lado, de poder quedar en la calle en cualquier momento.
Con ese temor crecí, y conforme crecía, sentía que era muy difícil comprar casa, que era un sueño tan difícil de alcanzar, que tal vez era que yo no me lo merecía. Pero aún así, me esforcé trabajando y trabajando y por fin en asocio con mi hermano, pude comprar la mitad de un apartamento y viví con mi mamá, pero el apartamento era su casa…..no la mia. Luego pasaron los años y tenía planes de casarme y vivir en otro país o aquí con un hombre que fuera mi esposo y con quien tuviera una casa, pero nunca fue. Cambié el apartamento por otro apartamento mejor, aun en asocio con mi hermano (mitad y mitad) y me pasé a vivir con mi mamá, otra vez era la casa de ella.
El año pasado por fin, le compré la mitad a mi hermano y mi mamá se fue a vivir a una casa, entonces por primera vez en mi vida tuve una casa propia! Una casa mía… por fin a esa niña llena de miedos y de sueños, le pude dar seguridad y le di una gran felicidad! Por fin logré llenar ese vacío, y lo disfruto inmensamente, le doy gracias a Dios porque me permitió conseguir mi casa, mi refugio de paz, mi cueva.