lunes, 15 de febrero de 2016

Una noche, un cielo, un beso

La vida es singular, a veces las cosas más triviales para unos, son las más escasas para otros. Comer un helado, nadar en el mar, correr, ver el cielo lleno de estrellas, respirar el aire de las montañas, bañarse en una cascada, abrazar, besar.
Una noche de 31 de diciembre, un hombre generoso le regaló a una mujer, un cielo lleno de estrellas, la abrazó con mucho amor y exactamente a las 12:00 de la noche, le dio el más profundo, delicado, intenso, amoroso beso que ella jamás recibió. Le besó el alma y le regaló uno de los momentos más inolvidables y escasos que jamás haya vivido, y esa mujer era yo.

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